jueves, 19 de febrero de 2009

Recuerdos viejitos… ¡pero bonitos (primera parte)!

Recuerdo cuando era niño, que el mar quedaba relativamente cerca de mi casa pero para esto había que hacer una caminata, pero en aquel entonces no había tanta delincuencia, los recuerdos que yo tengo de mi pueblo natal (Acapulco) es de un lugar pequeño, cálido, en donde si tu ibas al centro en fin de semana podrías encontrar, con toda seguridad a aquellos amiguitos de la primaria, secundaria o preparatoria, actualmente es un monstruo de ciudad, un DF en gestación. En la primaria, caminar por el barrio tradicional de Tambuco, ocasionalmente pasar a jugar el videojuego de las tortugas ninja de konami era la neta del planeta, recuerdo que en aquel entonces había una vaca negra (un restaurant) el cual siempre tuve el anhelo de comer ahí, nunca se pudo. Andar por los callejones no generaba ningún conflicto, había una piedra enorme en un callejón rumbo a mi primaria en la cual nos escondíamos o nos trepábamos en la misma, era divertido correr sobre de la piedra manteniendo el equilibrio. Y claro en ese entonces juntábamos latas de aluminio para venderlas y así sacar y ayudar a la economía familiar. Recuerdo también las caminatas que nos aventábamos con mi hermana o en ocasiones solo para tratar de ahorrar lo mas posible; esas caminatas me llevaban invariablemente a pasar enfrente de una heladería que se llamaba Danesa 33 (¡quien no se acuerda de ellos!) y siempre pensaba que cuando fuera grande ya no vendería latas, y que me compraría todos los helados Danesa 33 que quisiera, ¡lastima por que ya no existen! (es mi sueño frustrado) Pero según he escuchado a algunos contemporáneos que eran deliciosos. También recuerdo que uno de mis juegos favoritos era lanzarme cuesta debajo de una piedra, la cual previamente había preparado con tierra suelta, con unas palapas (esas cosas que están en la palma de coco y que parecen como lanchas) en los pies y era como si me deslizara sobre la nieve, jajaja! Varias veces me raspe las rodillas, puesto que el aterrizaje a esa velocidad no era muy suave, ¡pero era divertido! Debido a esa situación siempre cargaba pantaloncillos cortos remendados de la parte de atrás. De algunos compañeros de la primaria que recuerdo pues: Orlando, Ricardo, Denisse, Mario, “el loco”, “el chilango”, Nereida, Mari Cruz, Martin, “el zorro”, Arturo, Karla, Evangelina; y nuestra maestra de la primaria: Aida. Un momento impactante para mi fue cuando nuestra maestra de sexto año acudió a darnos clase en la tarde, cuando en la mañana habían baleado a su esposo en un asalto (cosa en extremo rara en aquel entonces) y eso nos lo comento ella y sin embargo nos siguió dando clases, híjole una maestra como ya muy pocas; siempre se preocupaba por todos y cada uno de nosotros, recuerdo que en ese entonces no había posibilidad de acudir al peluquero tan seguido, entonces siempre traía mucha greña (los que me conocen sabrán y entenderán la génesis de mi reticencia a cortarme el pelo), y como en un par de ocasiones ella nos dio dinero para que nos cortáramos el pelo a mi y a algún otro compañero, jejeje.
En fin con alegrías y tristezas terminamos la primaria, varios compañeros (aproximadamente el 80%) no volvieron a pisar la escuela nunca. En aquel tiempo no lo asimilaba así (y como ya dije en el Acapulco de ese entonces solo había dos secundarias), pero ahora viendo el pasado, creo que a pesar de todas las carencias fui un niño feliz.
Ahora viene una sinopsis de los programas de la televisión que pasaban en mi ex pueblo, los cuales vi durante el tiempo que tuvimos tv, siempre fue blanco y negro, posteriormente se descompuso y por falta de recursos, me quede sin tv durante unos 7 a 8 años. Algunos programas los llegaba a ver cuando cuidábamos la casa de un vecino que salía de viaje y nos encargaba su casa y ¡claro veíamos su televisión! Los programas de tv que veía a menudo eran: MazingerZ (aquí mas que nada por Sayaca), La abeja de metan, Dartacan y los tres mosque perros, los verdaderos cazafantasmas, los thondercats, los pitufos, los vaqueros galácticos… uyyy son un buen, hasta se me ocurre como tema para una próxima entrada en el blog. Recuerdo que en aquel entonces no había señal de la tv hasta después de las dos tres de la tarde, ¡en la mañana no había señal!; también recuerdo que las estaciones de radio cortaban emisión a las diez de la noche, ¡que tiempos aquellos!, Me gustaba escuchar un casete (el cual tengo todavía, roto de la cinta por en medio, esperando que suceda el milagro de recuperar su contenido) donde grabe alguna música popular de la radio, mi estación favorita en aquel entonces era radio lobo FM (ya no existe). En los atardeceres me gustaba sentarme en la hamaca, que estaba amarrada a un amate, a contemplar el mar, los cerros y el cielo; en ese momento divagaba en que estarían haciendo las personas del otro lado del cerro (la parte que no alcanzaba a ver), que hacían en las lanchas, en los barcos, que cada luz que yo veía en esos cerros era una casa la cual alojaba una familia y me gustaba preguntarme que estarían haciendo en ese momento y si alguien en alguna parte de la república veía el mismo cielo que yo. Me pasaba horas en esa actitud contemplativa, generalmente en las tardes. Era atractivo ir por la calle y juntar mangos, almendras, las cuales dejábamos secar y partíamos el hueso y nos comíamos la semilla, buscar cocos que tuvieran la “manzanita” (una porción del coco que parece un cerebelo, que sale en los cocos que ya tienen un brote de palmera), ¡tomar agua de las llaves públicas! Había un montón de esas. Los guamúchiles eran recolectados y consumidos en el acto, los limones y a veces mi mama sembraba calabaza, frijol y maíz para el autoconsumo, había y hay todavía, plátanos, así como en tiempo de lluvias papayas, un montón de papayas, las que servían para hacer agua y como eran dulces, se les ponía muy poca azúcar. Que tiempos aquellos, aun los recuerdo y antes me daba cierta tristeza pero gracias al señor mezcalito ahora se que no es así, fue una infancia como la de todos, no mejor, no peor. Solo es la que me toco vivir, fue, es y será parte de mi aprendizaje.

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